Algo que debemos contemplar antes de lanzar una marca o empresa al mercado es la importancia de haber pensando y definido la identidad corporativa, que puede considerarse como la personalidad de la empresa. A largo plazo la imagen corporativa se resumirá en la personalidad, el carácter y los proyectos realizados por la empresa.
La identidad corporativa trae consigo una serie de objetivos que dan razón a su creación y utilización: el sentido de pertenencia tanto en los trabajadores como en los clientes, motiva a los empleados a desempeñarse de la mejor manera ya que se siente parte de la marca o empresa. Si los empleados hablan positivo de la marca o de la empresa, parte de la publicidad de la marca será más sencillo. La identidad será creíble si el personal se siente identificado y la trasmite al exterior.
Hay quienes consideran que la imagen corporativa potencia o magnifica las virtudes y opaca las carencias, es por esto que tienen un gran valor. La creatividad es el ingrediente esencial para lograr una identidad favorable, buscar en lo común algo extraordinario, aprovechar espacios, brindar un servicio sobresaliente por encima de los demás, sumado al impulso interno y externo de la marca.
Por otra parte, la visión externa de la imagen corporativa debe resultar atractiva para el público y de este modo provocar interés en los consumidores. Hay que tener en cuenta algunos elementos como: un logo, uso de slogan impactante con las imágenes de apoyo, textos publicitarios y dar un lugar especial a las herramientas tecnológicas como redes sociales, sitio web y las campañas de posicionamiento.
El conjunto de los elementos antes mencionados dan fuerza a la identidad corporativa, toda marca o empresa comunica algo y hay que tener muy claro que es, se debe conocer el impacto que se esta teniendo bien sea positivo o negativo.